Santa Cruz de Tenerife, 8 mar (EFE).- La Audiencia Provincial de Santa Cruz de Tenerife ha condenado a 6,5 años de cárcel a cada uno de los cuatro acusados de promover la inmigración ilegal y de homicidio involuntario por la muerte de 30 ocupantes del cayuco que fue encontrado en los alrededores de El Hierro en abril de 2021.
Las penas suman 4 años por un delito contra los derechos de los extranjeros y 2,5 por otros cuatro homicidios imprudentes y diez de lesiones, para los patrones de uno de los viajes más trágicos de los registrados en los últimos años en la ruta a Canarias.
De los 49 viajeros iniciales llegaron a Canarias, 19 con vida y 4 cadáveres.
La embarcación salió de las costas africanas en los últimos días de marzo de 2021 con la previsión de una travesía de unos 5 días, tal y como dijeron a los inmigrantes, que pagaron alrededor de 800 euros, aunque al final se extendió durante 19. Durante el viaje, los cuatro condenados se encargaron de asumir tareas como repartir y racionar la comida y bebida, poner orden entre los viajeros hacinados en un cayuco de 14 metros de largo y 2 de ancho o dirigir la embarcación y el GPS.
El barco estaba impulsado por dos motores, de los cuales uno se rompió a los pocos días, y por entonces también se acabó la gasolina, la comida y la bebida. Los inmigrantes se expusieron a un evidente riesgo para la salud por la situación de la pandemia que se vivía en aquellas fechas, sin medidas de seguridad ni mascarillas. Carecían de chalecos salvavidas, herramientas para arreglar las averías, luces de posicionamiento, instrumentos de ubicación o medios para protegerse del sol, viento y lluvia.
El 11 de abril los 23 pasajeros, de los que cuatro eran cadáveres, fueron localizados y rescatados por una embarcación de Salvamento Marítimo, con múltiples lesiones, como insuficiencia renal por beber agua del mar, deshidratación y otro tipo de secuelas, algunas de las cuales tardaron hasta 80 días en curarse. Hay dudas acerca de si uno de los inmigrantes fue tirado al mar vivo o si lo hizo de forma voluntaria cuando perdió los nervios ante la situación desesperada que estaban soportando. Durante las investigaciones y en el juicio, algunos de los participantes en la travesía identificaron a los acusados como los responsables de la embarcación, y relataron las dificultades con las que realizaron el viaje.
Los ahora condenados eran los que presentaban mejor estado de salud, por lo que se sospecha que tenían sus propios alimentos y bebida, y se les encontraron 25 teléfonos móviles que se presumen eran propiedad de los fallecidos tirados al mar. “Los autores se aprovechan de la vulnerabilidad de las víctimas que con la esperanza de lograr una vida mejor se atreven a entrar en el juego de las personas que sin escrúpulos y que sí saben a lo que se van a enfrentar los pasajeros», se indica en la sentencia.
Se añade que a los inmigrantes les cobran cantidades de dinero altísimas para los recursos de que disponen y «juegan con la vida, con la salud, y con sus expectativas de llegar a Europa engañados pensando que alcanzarán la tierra prometida. Nada más lejos». La sentencia es recurrible ante el Tribunal Superior de Justicia de Canarias (TSJC), por lo que de no haber un fallo firme antes los cuatro condenados quedarían en libertad en julio de 2024, que es cuando acaba el período de prisión provisional. EFE