Una multitud entusiasta y llena de alegría se congregó este viernes para disfrutar de la tradicional Cabalgata anunciadora de las Grandes Fiestas de Julio en las calles céntricas de la ciudad. Miles de personas, residentes y visitantes por igual, se unieron para presenciar y participar en este colorido desfile que marca el inicio de una de las festividades más importantes de la zona.
El desfile contó con la presencia destacada de la Reina de las Fiestas, su corte de honor y todas las candidatas, quienes irradiaban elegancia y belleza. A medida que avanzaban por las calles, el ambiente festivo se intensificaba con la música alegre y contagiosa de las fanfarrias locales, como la fanfarria del Puerto, la de la Peña del Casco de La Orotava y las vibrantes batucadas portuenses Baraberé y Guaraní.
Pero el desfile no solo se trataba de las figuras humanas. Los gigantes y cabezudos de la famosa familia Sorchano también hicieron su aparición, deleitando a la multitud con sus movimientos gráciles y divertidos. Estos personajes icónicos de la tradición local son adorados por grandes y pequeños, y su presencia añade un toque especial de encanto y folclore al evento.
El punto culminante de la Cabalgata llegó con la llegada a la playita del muelle histórico, donde el Haragán, una figura emblemática de las fiestas, fue quemado en una espectacular ceremonia. Este año, el diseño del Haragán estuvo a cargo de la talentosa artista ranillera Juliana Serrano. Su creación fue inspirada por su profunda conexión con el mar y su admiración por los valientes pescadores que desempeñan una labor ardua y significativa en la región. El Haragán se convierte así en un símbolo de respeto y reconocimiento a la vida marina y a aquellos que dependen de ella para su sustento.
La Cabalgata anunciadora de las Grandes Fiestas de Julio es un momento especial que une a los vecinos de Puerto de la Cruz en torno a su rica cultura y herencia. Es una celebración en la que la tradición se entrelaza con la creatividad artística y la pasión por mantener vivas las costumbres ancestrales. Esta fiesta no solo honra el pasado, sino que también se convierte en un vívido reflejo de la vitalidad y el espíritu festivo de la ciudad.
